Tiempo de Navidad … y de una Segunda Oportunidad.
Hace unos años que parece que lo peor de la crisis ha pasado, si bien aún, muchas familias lo están pasando mal. Entramos en la recta final del año 2019, en plenas fiestas de Navidad, con la tasa de riesgo de pobreza más alta de los últimos años en Cataluña. El 21,3% de la población está en riesgo de exclusión social, según la encuesta de condiciones de vida que publicaba hace unos meses el IDESCAT. Para hacerlo más comprensible, una de cada cinco personas que nos podemos cruzar por la calle estos días está en riesgo de pobreza.
Es ciertamente un dato muy preocupante. Detrás de estos porcentajes hay personas, personas mayores, jóvenes, niños y familias que lo están pasando fatal. Personas que no saben que hacer para llegar a fin de más, que no se atreven a poner en marcha la calefacción, ahora que hace frío, que tienen enormes dificultades para pagar la hipoteca o el resto de gastos del día a día.
Algunas de estas personas tienen un sueldo pequeño o una pensión, parcialmente embargada. Otros son autónomos o pequeños empresarios que no acaban de ir bien. Finalmente, unos cuantos están en paro en busca de trabajo. Muchos de estos tienen algunos aspectos en común; por un lado, tienen un endeudamiento importante con los bancos, proveedores de bienes y servicios, tarjetas de crédito, …, por otro sus bienes, sus propiedades están embargadas y no tienen actualmente el valor de que aún está pendiente de pago.
Esta situación, sobre endeudamiento importante, penuria económica, dificultades en levantar la cabeza y para llegar a fin de más, requiere alguna solución que alivia las personas y familias y les permita afrontar el futuro con una cierta esperanza de mejora y bienestar.
Si se encuentra en esta situación o tiene un amigo o familiar que se encuentra, sepa que hay remedio. Existe un procedimiento legal que puede ayudar en muchos casos a salir de este pozo de oscuridad y deudas. En 2015, para atender estas situaciones de precariedad económica de las personas físicas, sobre endeudamiento familiar y los pequeños empresarios / autónomos se aprobó la llamada ley de la SEGUNDA OPORTUNIDAD. Este mecanismo permite limpiar de todas las deudas y volver a empezar de nuevo, disponiendo de una segunda oportunidad, sin la losa que significa arrastrar las deudas de por vida.
No tengo intención de aburrir al amable lector con los tecnicismos y requisitos de este mecanismo; con todo si me lo permite, haré alguna consideración, didáctica, al respecto.
El procedimiento se estructura en tres fases:
Una primera fase extrajudicial con el objetivo de intentar llegar a un acuerdo con los acreedores que evite el posterior concurso y ponga fin a la situación de insolvencia. Normalmente se hará en la Notaría y es imprescindible llevarla a cabo para después pedir la liberación de todas las deudas que no se hayan podido satisfacer.
Una segunda fase, en el juzgado, con la presentación de un concurso de acreedores, para vender los bienes que tenga la persona – a excepción de los bienes personales inembargables – y con el resultado de la venta pagar todo lo que se pueda de lo debido.
Una última fase, también ante el Juez, en la que se pide que todas las deudas que han quedado impagados sean «perdonados», quedando de esta manera la persona liberada de su pago.
Bueno, hay más trámites y sobre todo algunas cuestiones técnicas que se tienen que ir cumpliendo y resolviendo, pero para eso ya estamos los abogados y jueces. Lo esencial está explicado.
Tres reflexiones finales.
1.- A pesar es un mecanismo del año 2015 y que como decía al principio de este artículo la situación es bastante complicada para muchas personas, me consta que no se está haciendo mucho uso por parte de las personas y familias , como era de esperar. Así, según el INE, en 2018 se tramitaron 1.772 procedimientos de Segunda Oportunidad de personas físicas (de los cuales 280 eran de empresarios individuales) en España, mientras que el mismo año, en Alemania, esta cifra ascendió a más de 100.000 procedimientos. Parece evidente que algo falla.
2.- Hay personas que creen que es un mecanismo que cuesta mucho dinero y tiempo y que sólo está al alcance de unos pocos. Pues no es así. En cuanto al tiempo, si todo va con una cierta normalidad, en menos de un año el procedimiento debería estar terminado. En cuanto al dinero, muchos abogados, conscientes de la función social que tenemos, asesoramos y ayudamos a las personas que lo puedan necesitar, ajustando nuestros honorarios a las capacidades y disponibilidades de las personas. De otro modo no sería un mecanismo de segunda oportunidad.
3.- Finalmente, que nadie que se encuentre en una situación complicada o comprometida, tenga nada de vergüenza o reparo de intentar solucionar su situación con una SEGUNDA OPORTUNIDAD. Es aquello tan nuestro de … Uis si lo hago que dirán !. Pues nada. Nadie dirá nada. Que tienen en común Donald Trump, Steve Jobs y Walt Disney? Pues, haberse acogido en algún momento de su vida a la Ley de Quiebras de los USA, mecanismo de segunda oportunidad que lleva funcionando más de 100 años, y de esta manera han podido reflotar sus negocios. (Cabe decir que el actual Presidente de los estados unidos lo ha hecho seis veces!)
Ya sabéis, si está sobre endeudados, pasándolo muy mal para llegar a fin de mes y desea reflotar su vida, pide a los Reyes una SEGUNDA OPORTUNIDAD! Que paséis muy buenas fiestas.
Autor – Alexis Gullar